Segundo intento

Aquí asomamos ahora que aminoramos el ritmo de nuevo.

Comenzó el ciclo el día 2 con la bajada de la regla y el 5 allá estábamos en el primer control. Pequeñitos y uno de 12mm. Endometrio todavía en B. El domingo 11, control ecográfico: vaya, se nos jodió la escapada ibicenca. 2 de 17mm y unos poquillos más al lado creciendo con envidia.

Más pinchazos (esta vez combinados con Orgalutran para aguantarlos un poquillo) y al día siguiente nuevo control. Caray, ahora esos dos huevecillos ya están en 20 y 21mm y el endometrio en 13 A. Estradiol a 600. El doctor Gil que nos llama y dice que hay dos muy guapos y la hormona de cara, esta es la nuestra. No lo escuchamos del todo para no fliparnos en exceso, que ya nos conocéis. Miércoles 14, segundo intento. Desmayo en la analítica, yo no sé quién les ha enseñado a hurgar así, entre la enfermera machuchi y la de prácticas, me dejan el brazo bonico. Náuseas y cagalerillas. Me tumban con los pies en alto y al fin se me pasa, uf. Menos mal que está Laura a mi vera, angelito de la guarda. Cris vuelve del IVI con el semen (que por cierto, hay que firmar los consentimientos de nuevo y volver a llevar el papelito de La Fe solicitando el semen again, menos mal que nos lo imaginamos y lo dejamos todo amañadito) y bajamos al Laboratorio de Andrología. Ah, otros 345 euros (no, al semen no le han subido el IVA, igual es que se está convirtiendo en artículo de primera necesidad, jajaja). La chica, toda maja ella, se acuerda de nosotras y dice que confiemos en este segundo intento. Vale, si todos lo decís...

Como tenemos tiempo, aprovechamos que Cris ha pedido el día para acercarnos al Juzgado de Paz de Benetússer para confirmar fecha de matrimonio, que nos habían llamado para decirnos que el expediente ya estaba tramitado. Ya tenemos fecha, 3 de noviembre, miércoles (¡cómo no!). Avisamos a los testigos: mi primo y una más que buena amiga nuestra.

De vuelta a por un gran almuerzo. Se retrasan en esta inseminación y entramos casi a las 14:00. Esta vez Cris entra directita, jeje. Me pongo algo tensa y la cánula no sube, pero se soluciona con un tosido mágico (y los mimitos de mi niña). El doctor Herrero nos dice que a ver si me quedo embarazada ya de una vez. Eso digo yo, le contesto. Unos minutos de reposo y nos vamos. De tranquis en casa hasta las 19:00 que me toca currar. 400 de progesterona a la noche (y sucesivas) y vida normal, tan normal que al día siguiente que tenía expedición con mis niños me pegué un guarrazo por la calle que acabé con sangre en las rodillas. Cris flipó al verme. Madre mía, a qué cabra loca ha de confiarle su(s) posible(s) embrioncito(s). Lo siento, cielo... intentaré tener más cuidado, prometido queda. Mancho un poquito por la noche, color marroncito, imaginamos que por el tejemaneje de esta IA.

Y ese es el resumen de este lapso de tiempo. Ahora intentaremos tomárnoslo con más calma, aunque ya notamos que el estrés de la primera betaespera se ha disipado... qué cierto lo que decían Ángela y Laura, a partir del primer intento una se lo toma con un relax inesperado.

¡Ya os contaremos el día 28!

Besetes veraniegos.

P.D. ¡Felicidades, Argentina! Y de "nuestro" Mundial sin palabras, que bastante revuelo hay ya, jajaja :)