Tercer mes (y medio...)

Y sí, llegó el tercer mes (y medio, que con el verano de por medio ya se sabe...). Gael va creciendo a pasos agigantados, como es esperable... Ya aguanta la cabecita (en cuestión de días cómo ha ido mejorando su fuerza muscular, el tío, es alucinante) y parte del tronco, se impulsa para erguirse como si quisiera ponrse de pie (¡y vaya fuerza invierte en la hazaña!) y... ríe a carcajadas. Ais, las primeras carcajadas de un bebé son tan especiales... Andrea, nuestra piratilla particular, bien lo sabe, y también su mamá, y a ellas fue a quienes primero se lo dijimos... Las hadas le regalaron a Gael sus primeras carcajadas el 21 de agosto, por la tarde, durante una de las múltiples sesiones diarias de cariñitos varios que nos profesamos y, en ese momento en concreto, se la regaló directamente a la mami, Cris. Ooooh, yo, expectante espectadora del evento, aplaudí el regalo con el alma.
También está con movimiento en las encías y sus rasgos evidentes: babas a saco, escozor del culete, moquete en las cacas (que siguen anaranjadas, líquidas y abundantes, típicas de LME), etc. Para el culete con la pasta al agua Eryplast y el Mitosyl vamos bien, y eso que teníamos preparado el roll-on por si teníamos que rellenarlo de aceite de oliva, que parece pringosamente infalible, como para tantos otros casos. Y para la dentición en sí estamos con el mordedorcillo fresco, con la raíz de iris, con el collarcito de ámbar (tan chulo él) y con el balsamito que la tieta Núria nos dijo (bueno, un sucedáneo porque en la farmacia sólo les quedaba el de ISDIN). La homeopatía también nos ayuda en algún caso, y Gael ya es todo un experto con el saboreo de la camomila disuelta, jeje.

Con la teta todo bien, sigue calmando, acunando, protegiendo, consolando y alimentando a nuestro cachorrillo. Ah, el otro día le pusimos en el Bumbo con los juguetillos y ya interactúa con muchos de ellos y se parte el churro, jajaja, qué gracioso. A mí aún me asaltan arrebatos de puerperio inmediato en el que me quedo empanada mirándolo. El tiempo se para alrededor y entonces siento que no se puede ser más feliz, que el sentimiento que nos invade es tan inmenso e inexplicable que se me hace imposible pensar cómo he podido vivir sin él hasta que vino a nuestras vidas...

Gael chapotea en su Shantala y los baños van siendo cada vez más divertido. El otro día nos bañamos con él y fue otro de los momentos únicos, la verdad.

Estuvimos unos días en el apartamento de mi madre y nos lo pasamos bomba pese a que no ha sido hasta el 2 de septiembre cuando Cris ha podido coger vacaciones, pobre. Quedamos a cenar, salimos a pasear y pasear, disfrutamos de la puesta de sol veraniega (¡única en tierras levantinas!) y nos contamos chorradas inconexas, retazos de un manto maternal que nos envuelve cálidamente mientras nos adentramos poco a poco en el otoño.
En breve nos vamos a escapar a Albarracín, a disfrutar de sus calles y callejas y del cambio de escenario y de rutina que requiere siempre septiembre. No podemos pedir más...

A nuestro niño le encanta no sólo ir en el fular sino también en el meitai, aunque todavía no le ha cogido tanto gusto como al primero, pero imaginamos que es cuestión de tiempo... porque le encanta ser un cangurito.

Ah, también ha empezado a agarrar... que Amelia y Mersé fueron testigos directos, y coger y soltar su OBall le flipa. Con ella y con el perrito de los primos, que tiene un repertorio de canciones populares que pa' qué, es con lo que más le gusta distraerse.

Hoy he hecho el último examen de Mestra en valencià y no ha salido mal, así que espero poder gritar en breve que ya puedo dedicarme de pleno a disfrutar del día a día de nuestro bebé, al menos durante una buena temporadilla. ¡Qué placer!

Venga, que ahora que vuelve todo el mundo a la vida cotidiana, y en cuanto lo hagamos nosotras también, a ver si vamos coincidiendo que muchas aún no conocéis al peque y nosotras no conocemos a algunos de los peques tampoco, así que hay que poner remedio.

Queríamos agradecer a las mamás de Martí y Olívia el vaciado tan intenso que nos han regalado... con esas imágenes tan tiernas a la par que salvajes. Gracias por contar vuestra historia...

Un abrazo y hasta pronto, que en nada estamos concluyendo el cuarto mes... uf.